Presentación Instinto

Hola :) 
Bueno pues aquí está mi primera entrada en este mundo del Blog.
He decidido empezar a escribir por aquí un poco sobre Instinto, mi historia de hombres lobo, que publicada hace poco aún sigue sin creérselo.
Tengo a los personajes que se revuelven entre las páginas del libro emocionados y quizás algo asustados porque han pasado de estar cómodos, quizás aburridos, en mi estantería a encontrarse entre las manos de gente que no conocían. Están deseando causar buena impresión. 
Al igual que ellos, yo, aún sigo emocionada por esta oportunidad de que, a mis recién cumplidos 18 años, pueda compartir esta historia con todo aquel que quiera leerla. 


Para abrir boca aquí os dejo un pequeño fragmento del primer capítulo de Instinto...espero vuestros comentarios ^^

1* Tropiezos

"Lo había vuelto a hacer, aún se podían ver sus ojos amarillos brillar en la oscuridad del callejón. Su respiración era fuerte y entrecortada. Se miró las manos manchadas de sangre y poco a poco fue volviendo a la normalidad. Está vez no había podido controlarse ni evitar lo sucedido, se odiaba por ello, se asqueaba al ver sus manos. Cuando se recuperó del todo se levantó y salió de las sombras, con el único deseo de llegar a su casa.

La luz de la mañana se colaba por las rendijas de la persiana dándole en la cara. Le dolía intensamente la cabeza y su cuerpo se resentía como si le hubiesen dado una paliza. Ciertamente hacía mucho que no se transformaba y haberlo hecho la noche pasada, de forma tan repentina, le pasaba factura.

Se levantó y se duchó con agua fría. Sus cabellos negros le caían por la cara, acompañados por las gotas de agua helada.

Jeff salió de la ducha y se ató una toalla a la cintura. Se miró las pupilas que aun estaban dilatadas. Observó si había algún cambio más. En su pecho desnudo se podían ver marcas de arañazos. Se alejó del espejo evitando el recuerdo.

Se sentó en la cama y enterró la cabeza entre sus manos. Escuchó un ruido de algo que caía y levantó la vista. Su gata Aruba se estaba paseando por las estanterías y había tirado un marco de fotos. Aruba era una gata con el pelaje largo y negro, del mismo color que los cabellos de Jeff. Su cola era larga y ancha y sus ojos grandes e increíblemente azules.

Jeff se acercó a la gata y cogiéndola con suavidad la dejó en la cama, donde ella se acurrucó entre los cojines. Recogió el marco del suelo.

Una pareja le sonreían desde él, una mujer alta y esbelta con los cabellos castaños y los ojos de un azul grisáceo. El hombre un poco más alto que ella, de pelo y ojos negros reposaba su brazo sobre los hombros de un niño de unos siete años, con los mismos rasgos de su padre, que miraba con ternura a un bebé que sujetaba con el máximo cuidado entre sus brazos. Una niña de un año como máximo que le sonreía mientras estiraba sus manitas hacia él.

Jeff soltó una risita. Mi familia, pensó. Fijó la vista en el hombre y su mirada se llenó de furia.

-¡Te odio!-gritó arrojando el marco hacia la cama y ahuyentando a la gata.

Terminó de vestirse y salió en busca de trabajo, había leído en el periódico de la semana anterior que en uno de los institutos de educación secundaria de Westerly, necesitaba un ayudante para el conserje. Con un poco de suerte conseguiría ese trabajo"

Miriam#